Charlotte Perriand encarna esa vanguardia cultural que, desde las primeras décadas del siglo XX, ha promovido una profunda renovación de los valores estéticos y ha dado lugar a una sensibilidad moderna de la vida cotidiana. En este contexto, su contribución específica se centra en los espacios de la arquitectura de interiores, que se conciben como el motor de una nueva forma de habitar, que todavía hoy está en el centro del estilo de vida contemporáneo. En el campo de la historia de la decoración del siglo XX, el advenimiento de la modernidad fue posible gracias a la audacia emprendedora de este verdadera reformadora de la arquitectura de interiores. Al comienzo de su carrera profesional fue aclamada por la crítica por su Bar bajo el techo, expuesto en la Feria de Otoño de 1927, construido íntegramente en cobre niquelado y aluminio anodizado. El mismo año, con sólo veinticuatro años, comienza una colaboración decenal con Le Corbusier y Pierre Jeanneret, en el famoso atelier de la rue de Sèvres, 35, de París. Su presencia en el atelier de Le Corbusier es visible en todos los muebles diseñados con este y con Pierre Jeanneret: Charlotte Perriand se convierte así en una piedra angular del proyecto de renovación promovido por el arquitecto, añadiendo en particular una dimensión de humanidad al racionalismo a veces frío de Le Corbusier. En sus proyectos logra animar los objetos fundamentales de la vida cotidiana con nuevos valores estéticos: en particular, su talento e intuición en el descubrimiento y uso de nuevos materiales se manifiestan en toda su extensión. La colaboración decenal con Le Corbusier y Pierre Jeanneret y la experiencia japonesa representan momentos de intensa efervescencia creativa en la vida de la artista. Durante su larga estancia en el Lejano Oriente ('40-'46), su talento como artista pudo revelarse plenamente a través de una reinterpretación de la realidad del habitar que pone en resonancia tradición y modernidad: a modo de ejemplo, podemos citar los muebles producidos con las antiguas técnicas de procesamiento del bambú, capaces de realzar las nuevas formas ya experimentadas con los tubos de acero .Posteriormente, su actividad profesional se centra en una serie de instalaciones originales y equilibradas, encargadas por instituciones y empresas de primer nivel del calibre de Air France, así como de varias instituciones extranjeras, testimoniando una fama que en ese punto había ya adquirido una dimensión internacional. El hecho que caracteriza la personalidad de Charlotte Perriand es una fidelidad honesta a los principios de un racionalismo humano e innovador, que ha sido capaz de mantener intacta en sus obras, que ha tratado con pasión, también con vistas a su reedición en la serie "Cassina iMaestri".