Entre la arquitectura cuidadosamente proyectada y la vegetación más exótica y exuberante, el jardín es un filtro, un pasaje. Un oasis en el que redescubrir el vínculo más sincero con el contexto y celebrar su respeto, vigor y bienestar; donde sentirse en ósmosis con la naturaleza en sofás y sillones, de formas orgánicas y primitivas, de excelentes materiales y con detalles visibles; pura combinación de proyecto y espontaneidad. Para un confort que involucra los sentidos.

En la ciudad, pero al aire libre. La terraza metropolitana se convierte en un mirador sobre la arquitectura de la ciudad, pero también en un refugio íntimo que revive la calidez del hogar. El comedor y la sala de estar se perfilan en escenarios que reflejan la personalidad de quienes los habitan; el espacio se optimiza gracias a la modularidad del mobiliario y al uso de elementos accesorios, favoreciendo un diálogo entre las formas y las funciones que crea un ambiente elegante y naturalmente hospitalario.